Señor presidente (sí, me dirijo a usted con respeto, por mucho que le pueda criticar; no como usted, que recibe a Su Majestad con las manos en los bolsillos):
Leída su «carta a la ciudadanía», como ciudadano me siento autorizado y obligado a responderle.
La carta que hizo pública este miércoles es de tal bajeza, infantilismo y victimismo que es impropia de un presidente del Gobierno, o de un adulto sensato cualquier, vaya. Su escrito es el equivalente a cuando los niños dicen aquello de «pues ahora me enfado y no respiro». Es un intento tan infantil y simplón de querer presentarse como víctima, arengar a sus bases y amedrentar a los jueces que daría risa, si no fuera porque en el proceso ha tomado como rehén a toda España. Ahora, todo un país tiene que vivir cinco días en la inestabilidad; todos los inversores desconfían de la seriedad de nuestra economía; todos los periódicos extranjeros hablan de la corrupción en nuestro país; y toda la política se polariza aún más. Con su maniobra burda y narcisista, ha conseguido empeorar nuestra democracia instantáneamente. Bravo.
Hace reiteradas y repetitivas alusiones a la «derecha y ultraderecha» de la que, aparentemente, forman parte todos: asociaciones civiles, medios de comunicación, partidos políticos y ciudadanos. Quizás debería usted, como presidente y en una comunicación oficial, tener mayor decoro y moderación al tratar a las personas a las que representa. En todo caso, es significativo que ya no hable solo de esos supuestos «ultra», sino que ya habla de «la derecha y la ultraderecha» toda junta, es decir, de todo lo que no sea la izquierda. Vamos, todo el que no opina como usted o sus socios, todo el que no le vote. Es difícil ser más radical que desprestigiar y deslegitimar a todo el que no piense como usted. ¿O a usted en su narcisismo no le cabe en la cabeza que haya gente que, legítimamente, quiera otras cosas para España? ¿O a usted en su narcisismo no le cabe en la cabeza que haya gente que, legítimamente, quiera explicaciones de las dudosas relaciones de su mujer con empresas luego beneficiadas por su gobierno?
«Para mantenerse en el cargo, ha demonizado a la mitad de España»
Dice usted que «no tiene apego al cargo». Esto resulta algo sorprendente pues, para mantenerse en él, ha incumplido todas y cada una de sus promesas. Para mantenerse en el cargo, gobierna con comunistas que «no le dejarían dormir por la noche». Para mantenerse en el cargo, ha pactado con los herederos de ETA. Para mantenerse en el cargo, ha amnistiado a golpistas. Para mantenerse en el cargo, ha endeudado a España a niveles insostenibles. Para mantenerse en el cargo, ha corrompido todas las instituciones del Estado, del Tribunal Constitucional para abajo, pasando por la Agencia Tributaria, el CIS y todas las empresas públicas. Para mantenerse en el cargo, sigue todas las directrices de su secuestrador, Mohamed VI. Para mantenerse en el cargo, ha demonizado a la mitad de España.
También hace referencia a que usted y su amadísima esposa «han ido desmintiendo todas las falsedades vertidas». ¿Ah, sí? Porque no he visto ni una sola comparecencia suya ni de su esposa para desmentir nada, ni he visto una sola explicación a todas las dudosas prácticas de la Sra. Gómez. ¿Exactamente qué ha desmentido usted? Desde luego, si fuese parte de su equipo le aconsejaría encarecidamente que hiciese públicos todos esos desmentidos, presidente. Como exige hoy el director de THE OBJECTIVE, «menos ataques y más explicaciones».
Se queja usted en su carta, como un típico niñito consentido, de todos los ataques e insultos que recibe de «la derecha y ultraderecha»… ¡en la misma carta donde usted se pasa 4 páginas insultando a todos, desde Manos Limpias a Feijoo, Abascal y los medios! Se queja usted, que fue quien inventó el término fachosfera. Se queja usted del acoso, cuando a la Sra. Ayuso no hay familiar, pariente, novio o conocido al que no hayan intentado destruir (sin éxito). Quizá deba usted reflexionar sobre su propia contribución a la crispación y polarización en este país, pues puede darse cuenta de que una gran parte se origina en usted y sus ganas de seguir en ese cargo al que dice no tener apego.
«O dimite o no, pero no suma en el caos a 48 millones de españoles»
¿Y qué es ese chiste de dimitir en diferido? O dimite o no, pero no suma en el caos a 48 millones de españoles. ¿Quiere usted reflexionar? Pues hágalo antes de poner en vilo a toda una nación, que no sabe si su jefe de Gobierno va a seguir aquí para el puente de mayo. Pero claro, usted precisamente lo que quiere es poner en vilo a toda España. Para usted, la política es puro performance, puro márketing político vacío de contenido, y esta «carta a la ciudadanía» es fiel reflejo de esa concepción.
Todos sabemos que no va a dimitir, salvo que Pegasus tenga algo que decir. Todos sabemos que su carta victimista no es más que un intento desesperado de mantener a sus bases motivadas, y de dar un aviso a los jueces que osen investigar la corrupción de su gobierno. El lunes usted comparecerá, como ha anunciado, y dirá que continúa, que no se puede rendir a la «ultraderecha» y que «la lucha continúa». Quiere presentarse como un mártir frente a la injusticia, al más puro estilo de película mala. Es absolutamente lamentable. Así que, nada, disfrute estos días de vacaciones que se ha cogido y nos vemos el lunes, pues si usted va a seguir luchando, tenga por sentado que yo y toda la «derecha y ultraderecha» también lo haremos.
Y un último apunte, si me permite; aprenda a redactar, que es usted presidente. Y, si usa ChatGPT, sepa que hay que editar algo los textos que la máquina le da, pues no se pueden colgar así como así.
Atentamente,
Un ciudadano cualquiera.